Pfizer intenta de nuevo el gran asalto farmacéutico

El sector farmacéutico se encuentra en un proceso constante de fusiones, de pequeño tamaño y de grandes corporaciones. El último ejemplo podría provenir de una gran operación corporativa entre el gigante Pfizer y Allergan, otra compañía, famosa por ser el fabricante del Botox, que también ha ido creciendo a base de una ambiciosa política de compras.

Las negociaciones para una futura integración han comenzado y se encuentran en una fase inicial, según adelantaron ayer los periódicos Financial Times y The Wall Street Journal. Por su parte, las empresas confirmaron que «están en conversiones preliminares amistosas» para alcanzar una posible combinación de negocios. No obstante, en el comunicado conjunto de ambas compañías señalan que «no se ha llegado a ningún acuerdo y no hay ninguna certeza de que estas conversaciones culminarán en una transacción».

En 2014, Pfizer era la segunda compañía farmacéutica del mundo, con 39.090 millones de euros en ingresos, según IMS Health, solo superada por Novartis. Por su parte, la irlandesa Allergan ingresó 8.975 millones en todo el mundo. La suma daría una empresa con ventas que casi alcanzaran los 50.000 millones.

En el mercado, esta posible operación daría como resultado a la mayor compañía cotizada del sector salud. El nuevo gigante de que surja de Pfizer y Allergan crearía una empresa valorada en 300.000 millones, de los que alrededor de 200.000 millones corresponden a la farmacéutica de Nueva York. Rivales como Johnson & Johnson llegan a los 250.000 millones y Novartis supera los 210.000 millones.

Los responsables tanto de Pfizer o Allergan han declinado hacer comentarios sobre la posible compra, por lo que no se conocen los detalles del precio de la operación.

Este intento por parte de Pfizer es el segundo en apenas unos meses, ya que el fabricante de Viagra, había pretendido hacerse con el grupo anglosueco AstraZeneca. En mayo del año pasado, desistió de la operación, que habría dado origen al nacimiento del mayor laboratorio global. En esa ocasión, la compañía presidida por Ian C. Read llegó a ofrecer hasta 116.000 millones de dólares, pero entonces se encontró con una rotunda negativa de los accionistas de su rival.

Motivos fiscales

Maxim Jacobs, analista en Edison Investment Research, cree que el acuerdo con Allergan tiene todo el sentido del mundo. “Pfizer necesita desesperadamente una gran adquisición y las sinergias resultantes revitalizarán los tibios crecimientos de ingresos”, asegura en una declaración recogida por Reuters. De hecho, en el último año fiscal, las ventas cayeron un 4%.

“También Allergan podría ayudar a Pfizer a escapar de un poco competitivo impuesto de Sociedades en EE UU, que ha dirigido compañía tras compañía a domiciliarse en el extranjero”, explica Jacobs. Un motivo fiscal, ya que en Irlanda este tributo es solo del 12,5%, que puede levantar algunas ampollas en el Congreso estadounidense y en la Administración de Barack Obama. Chris Schott, un analista de JP Morgan, también sugirió que un acuerdo permitiría a Pfizer redomiciliar su negocio en Irlanda por motivos tributarios. A parte, otorgaría a la compañía basada en Nueva York acceder al mercado de estética y oftalmológico, donde Allergan mantiene una posición dominante.

No hay que olvidar que Pfizer, con casi 80.000 empleados y fundada en 1849, ha crecido a base de chequera en los últimos 15 años, con las adquisiciones de Warner–Lambert (2000), Pharmacia (2003), y Wyeth (2009). Además de otros negocios, como la marca de genéricos Hospira. En España, la firma norteamericana emplea a 1.063 personas y cuenta con una planta en San Sebastián de los Reyes (Madrid).

Por su parte, Allergan también ha vivido unos últimos años bastante movidos. Rechazó recientemente la oferta de Valeant, que tasaba a la compañía en unos 45.700 millones de dólares, al considerar que la oferta infravaloraba a la empresa. Su mayor fortaleza, además de su envidiable ubicación fiscal, es el enorme crecimiento en ingresos de los últimos años, un 50%, por ejemplo, en 2014 y con un ebitda de 3.597 millones.

Anteriormente Allergan, inicialmente con domicilio en California, sí había sido vendida al fabricante irlandés de medicamentos genéricos Actavis, por 66.000 millones de dólares. Sin embargo, el comprador decidió bautizar al grupo resultante con el nombre de la adquirida y centrar su cuartel general en Dublín. Posteriormente a esa jugada, apostó por desprenderse de la división de genéricos por 40.500 millones de dólares, que vendió a la israelí Teva, para centrarse solo en el negocio farmacéutico de marca.

Fuente: cincodias.com