El sector de los seguros se une contra el fraude y agudiza sus técnicas de control

Seis de cada cien partes que se dan a las compañías de seguros suponen un intento de estafa. El sector agudiza el ingenio y se alía con los cuerpos de seguridad para acabar con intentos de fraude cada vez más sofisticados. Descargue aquí el último número de la revista Seguros.

El fraude al seguro es concebido como un hecho tan habitual que incluso ha protagonizado varios éxitos cinematográficos. En bandeja de plata cuenta la historia de un pícaro Walter Matthau que incita a un incauto Jack Lemmon a exagerar sus lesiones tras un accidente para cobrar más dinero del seguro. O Perdición, en la que Fred MacMurray, Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson se ven envueltos en un asesinato para cobrar el dinero del seguro de vida. Ambas cintas están dirigidas por Billy Wilder y son una muestra de que intentar engañar al seguro no es algo nuevo, aunque se haya visto avivado por los años tan intensos de crisis económica.

De acuerdo con el III Barómetro del fraude al seguro de autos de Línea Directa, desde 2009, el fraude al seguro del coche se ha multiplicado por 3,5. Esto es, de cada cien siniestros declarados al seguro, seis son intentos de estafa. Esto tiene un gran impacto en el sector asegurador que se acaba trasladando al coste de las pólizas. Línea Directa calcula el coste global de estas prácticas fraudulentas en 1.190 millones de euros, un 20 por ciento más que en la edición anterior del estudio, presentado en 2013. El sector reclama una mayor concienciación de la sociedad de que el fraude al seguro es un delito y perjudica al conjunto de la sociedad. De acuerdo con el estudio de Línea Directa, 9 millones de conductores siguen justificando el fraude, aunque comienza a haber síntomas de mejoría, porque la intención de estafar a las compañías ha descendido a casi la mitad.

Para Tomás Rivera, presidente de la Federación de Corredores y Corredurías de Seguros de España (Fecor), se trata de algo intrínseco a la sociedad española. «Este es un problema social de nuestro país, que afecta a la sociedad, no sólo al sector asegurador. Prueba de ello es la situación política que tenemos y los casos de corrupción que aparecen constantemente. Es una buena prueba de que necesitamos reforzar ciertos valores morales y esto también se traduce en que el fraude al seguro no se ve como algo malo; como ocurre con el fraude a la Agencia Tributaria».

Lucha contra el fraude

Unespa, la patronal del sector asegurador, firmó junto a la Guardia Civil el pasado mes de noviembre un procedimiento operativo para la investigación de casos de fraude a las entidades aseguradoras. En 2014, el sector invirtió cerca de 10 millones de euros a investigar y prevenir estas estafas, y cada año se calcula que se detectan y evitan 435.000 intentos de fraude. ¿Cómo lo hacen las compañías?

Francisco Valencia, director de gobierno corporativo de Línea Directa, explica que «cuando se tiene indicios se investiga más a fondo, cuando se ve que el tema corresponde a un esquema repetido, probablemente a una mafia, y que seguramente afecta a más compañías aseguradoras por volúmenes importantes, se pone en conocimiento de la policía o de la autoridad judicial para que prosigan las investigaciones».

Especialmente cuando se trata de mafias organizadas, como la última desmantelada en Almería por la Guardia Civil, que ha tenido gran repercusión social por valerse de mujeres embarazadas para estafar a las compañías de seguros. Precisamente, sobre este tipo de mafias, Valencia advierte de que «son una prueba de la peligrosidad social que implican estas bandas que no solo cometen fraude al seguro, sino que se suelen ver implicadas en más actividades delictivas».

El coste de los intentos de fraude

La lucha contra el fraude se ha convertido en una máxima para el sector asegurador, no sólo por la pérdida económica que supone para las compañías, sino «porque consideramos que es una lacra social y un sobrecoste que al final pagamos los propios asegurados», explica el Dr. Pablo Fernández-Miranda, director de la división de gestión de siniestros de Generali.

Fernández-Miranda insiste en que «en la lucha contra el fraude es fundamental la implicación de todas las personas. Todas las personas de la organización tienen que pensar que en cualquier operación podemos tener algún intento de fraude. Es fundamental implicar a los mediadores, que los suscriptores piensen que las cosas tienen que ser legales y reales, igualmente los tramitadores de siniestros, los peritos?, Todo ese trabajo es fundamental para que entre todos consigamos erradicar esta práctica».

¿Y cuál es el papel de los mediadores? Tomás Rivera, presidente de Fecor, recuerda que los corredores «jugamos un papel básicamente profesional. Cuando seleccionamos los riesgos que vamos a trabajar con nuestros clientes, defendemos el interés de nuestros clientes, pero también y por su bien, defendemos los intereses de la aseguradora, que luego tiene que hacer frente a los siniestros cuando se producen. Lo ideal es que el nivel de cobertura de las pólizas sea el adecuado y que la información sobre el riesgo sea la correcta para que ese bien esté correctamente asegurado».

Este es el coste medio de los fraudes que tienen como protagonistas a los daños materiales. Son el 94,5 por ciento del total de los intentos de fraude registrados por el estudio de Línea Directa. El coste medio de la indemnización de los daños personales en los intentos de fraude es de 17.300 euros. Este tipo de engaños sólo supone el 5,5 por ciento de los casos, pero tienen un gran impacto en las cuentas de las compañías.

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