Las razones más frecuentes por las que parejas se pelean la custodia de los hijos

Yolanda López, docente de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia, identificó los diez conflictos más frecuentes entre los padres que reclaman la custodia, con base en la observación y participación en las audiencias de conciliación, en dos centros zonales del ICBF, en las localidades de Suba y Usaquén.

Para realizar el análisis de los casos, durante cuatro meses, la investigadora estuvo presente en las audiencias observando la labor de los trabajadores sociales de la institución, registró las discusiones de los padres en las audiencias y entrevistó a los defensores de familia a cargo.

Así, constató que las denuncias de las madres porque el padre incumple su rol de proveedor aumentan cuando él tiene solvencia económica y no se hace cargo de los gastos de vivienda, educación, salud, vestido y recreación.

En este caso, algunas mujeres condicionan los encuentros entre el padre y el niño, por ejemplo, hasta que cumplan los compromisos económicos. Asimismo, en algunos casos quien reclama el cumplimiento de las cuotas es el hombre.

División de roles

Los padres y madres que apenas tienen la mayoría de edad y también concurren a las audiencias de custodia, muestran gran dificultad para asimilar las obligaciones que demanda su hijo. «En general, la joven madre, repitiendo la tradicional división de roles por género, renuncia a sus estudios u otros proyectos para dedicar tiempo y recursos a la crianza. Además, el padre es aún dependiente, no percibe ingresos, porque está desempleado o es estudiante», explica la docente.

Durante las audiencias, la investigadora también presenció situaciones en las que las abuelas se han encargado del cuidado del niño en los primeros meses o años, o por períodos más largos porque la madre del hijo ha cedido esta función. En estos casos, algunas de ellas también disputan la custodia y, por tanto, los conflictos aumentan y se convierten en uno de los casos más complicados.

Asimismo, según señala el estudio, algunas madres no se hacen cargo de la educación y la crianza de su hijo, y lo dejan en manos del progenitor o la abuela. Después de un tiempo regresan, solicitan la custodia y justifican su ausencia por problemas económicos.

Para la trabajadora social, estas mujeres son juzgadas severamente por las profesionales, pues les reprochan no seguir el mandato cultural de orientar el deseo femenino hacia la maternidad, porque en la sociedad se rechaza que una mujer no quiera «maternar».

Antes la madre estaba dispuesta a soportar todo por mantener una relación que le diera un padre permanente a su hijo, pero hoy no. Actualmente, las mujeres defienden sus derechos, entre ellos el de la felicidad. «En esos casos, aunque muchas veces es cierto que la madre afrontaba inestabilidad financiera, en otros, responde a que tiene una nueva pareja y la presencia del hijo en el hogar es una interferencia negativa para la relación», amplía la experta.

La investigadora López registró poca participación de los progenitores en los «talleres de padres», en los cuales se explica cómo deben actuar y un ideal de pareja, aunque no se realizan acciones teniendo en cuenta los casos particulares. Frente a esto, la experta en Malestares Contemporáneos de la Sociedad y la Familia propone crear unos «lugares de palabra», como espacios de participación de pequeños grupos, para que cada progenitor reconozca su responsabilidad en la situación, sea consciente del bienestar del niño y trabaje para alcanzar una conciliación.

Para la profesora López, la idea del niño es la unión de los padres, la de su vida juntos; «no hay para los niños pequeños diferencia entre madre y mujer y entre padre y hombre; solo hay papá y mamá, y a ambos los necesita», concluye.