Terapias regenerativas, ¿El camino de vuelta a la juventud?

Todos desean dar marcha atrás al tiempo y volver a ser jóvenes y saludables. Lamentablemente, el pasar de los años es un hecho inevitable, así como su acción en cada uno de los órganos del cuerpo. Aproximadamente a los 28 años de edad los tejidos entran en decadencia y se inicia la degeneración.

Este envejecimiento es un proceso normal, pero puede dar lugar a la larga a enfermedades como el alzheimer, artrosis y osteoporosis, así como la pérdida de masa muscular y cabello, entre otros. Las causas que aceleran los signos del tiempo son múltiples; entre ellas destacan los factores genéticos, el estilo de vida y la forma de enfrentar el estrés.

“Para la medicina antienvejecimiento, existen dos tipos de edad: la cronológica y la biológica. La primera es irreversible. Sin embargo, la segunda es aquella que tiene nuestros huesos, músculos, arterias, etc y se puede retardar en relación con la cronológica. Por ello, una vez que se inician los rasgos más evidentes del pasar de los años, se puede recurrir a alternativas efectivas que permiten recuperar la armonía del cuerpo y devolver el balance necesario, mejorando la calidad de vida”, afirma el Dr. Juan Carlos Méndez médico especialista en medicina antienvejecimiento del Centro Médico Antienvejecimiento.

Entre estas opciones se encuentran las terapias regenerativas:

–       Tratamiento ortomolecular

Existen ocasiones en las que el cuerpo no encuentra minerales y oligoelementos necesarios para él y por ello, los sistemas enzimáticos se hacen más lentos para metabolizar las moléculas dejándolas de sintetizar o acumulando tóxicos. Esto se agrava con los malos hábitos de vida y con la alimentación refinada de hoy en día, que no aporta los nutrientes necesarios para la reposición de los elementos que hacen falta.

Por esto, con esta terapia ortomolecular se proporcionan los metales livianos que el organismo necesita para mejorar la función de las células y el metabolismo. Por ejemplo, si la persona tiene el aparato músculo esquelético envejecido, entonces necesita silicio, selenio o zinc, mientras que si es el cardiovascular, se le brinda magnesio y selenio. El suministro dependerá del resultado de los exámenes realizados y del análisis del médico experto.

–       Tratamiento celular

Si la función de las células se ha perdido, no por la falta de minerales, sino de moléculas más grandes, es necesario realizar la terapia celular. En estos casos, no se aplica el mineral, sino la estructura prefabricada; de esta manera, el cuerpo la integra en su estructura celular de manera natural. Existen terapias para cada órgano desde el riñón y corazón hasta el cerebro.

Para aplicar esta terapia, es necesario determinar la edad de las células, haciendo pruebas biofísicas como el porcentaje de grasa, el índice de masa corporal, el balance estático, la acomodación visual, los reflejos, el pliegue de la piel y la tensión arterial.

–       Terapias autologas

El plasma rico en plaquetas y las células madre son los protagonistas en este aspecto. Con el primer tratamiento, se extraen las plaquetas del propio paciente y se aplican en los tejidos envejecidos; así se obtienen los factores de crecimiento necesarios para estimular las funciones reparadoras. Por otra parte, se presentan las células madre, tan conocidos y difundidas en la actualidad; se encuentran en la medula ósea, piel, grasa o sangre, y pueden extraerse de sitios accesibles como por ejemplo del esternón.

Luego de una preparación, activación y pre diferenciación, se combinan con las terapias celulares anteriores, en sitios específicos, con la finalidad de recuperar el tejido que ha perdido población celular, así, se les da la orientación a las nuevas células para que comiencen sus funciones en pro de la recuperación del organismo. Todo esto puede solucionar la producción de nuevas neuronas para prevenir y  combatir el alzheimer, fomentar la producción de insulina, lo que a la larga logra la recuperación de los pacientes diabéticos e igualmente, ayudar a órganos como el corazón, luego de un infarto.

Cada persona tiene necesidades específicas y su tratamiento es personalizado. Por ello, es necesario acudir a un especialista antienvejecimiento. Esta rama de la medicina buscar ser una esperanza, no de inmortalidad sino de prevención y recuperación.

 

Fuente:  Blue Marketing Solutions