Venezuela: Celebrar los deseos de Año Nuevo con uvas se volvió inalcanzable

La galopante inflación impide que los venezolanos celebren la tradición de recibir el nuevo año como dispone la costumbre. Los precios de las principales expresiones de buena fortuna, como las uvas, las lentejas y la ropa interior amarilla, se convirtieron en artículos de lujo al registrar incrementos de más de 5.000%.

En un recorrido por mercados municipales, fruterías y supermercados los consumidores se quejaron de los elevados precios de las uvas y las lentejas. “Con lo que cuesta la fruta puedo comprar otros alimentos más necesarios para la familia”, expresó Gladis Hernández, ama de casa, en el mercado de Quinta Crespo.

Allí solo había uvas nacionales a 140.000 bolívares el kilogramo. “La gente mira y pregunta, pero no compra”, dijo la encargada de un puesto. Agregó que espera por la fruta importada, pero “no me imagino a qué precio si la criolla está tan costosa”.

En el mercado de Chacao se consigue la uva nacional entre 300.000 y 350.000 bolívares el kilo, mientras que la foránea cuesta 900.000 bolívares el kilo. En uno de los puestos, Hilda Ramírez, profesional y ama de casa, relató: “Compré medio kilo de la importada. Nuestra familia es numerosa e hicimos una vaca para completar 2 kilos y recibir el Año Nuevo comiendo cada uno sus 12 uvas”.

En los supermercados tampoco había llegado la fruta importada, pero el precio de la nacional marcaba 100.000 bolívares el kilo, en la presentación de bandejas de 400 gramos de peso. El precio promedio de la uva criolla, entre 2016 y 2017, aumentó 4.400% al pasar de 5.000 bolívares a 225.000 bolívares el kilo, mientras que la importada subió 4.900% al moverse de 18.000 bolívares a 900.000 bolívares el kilo.

Comer lentejas para tener buena suerte en el nuevo año es otra tradición. En 2016 estaban escasas y en los comercios donde podían encontrarse costaban 7.000 bolívares el kilo, el presente año se consiguen, pero a 126.000 bolívares el kilo: un alza de 1.700%. “Vamos a preparar lentejas, son rendidoras y mucho menos caras que el pernil o las hallacas”, dijo un empleado público en una frutería en Candelaria.

Carmen Contreras, ama de casa, narró que guardó para la cena de Año Nuevo la mitad del paquete de lentejas de la caja CLAP que le entregaron en noviembre. “Sabía que en diciembre iban a estar carísimas. En la familia queremos celebrar aunque sea con una tradición”.

Amarillo ya no luce

La creencia popular es que recibir el año con ropa interior amarilla es señal de buena suerte en el Año Nuevo. En años anteriores los días previos al 31 de diciembre las tiendas exhibían esa ropa en las vitrinas, pero ahora hay pocas piezas y no en los lugares destacados. “Estamos esperando que entre hoy y el domingo la gente compre aunque sea la blúmer”, refirió la empleada de una tienda en El Silencio, en la que ofrecen el paquete con 3 pantaletas, fabricadas en China, a 385.000 bolívares mientras que en otras tiendas cada unidad, de marca barata, cuesta 140.000 bolívares. Los sostenes se consiguen a 380.000 bolívares cada uno. Pero si se va a la ropa interior de marca, en los comercios especializados y locales de centros comerciales los precios son más elevados. Una pantaleta cuesta entre 700.000 y un millón de bolívares y el sostén, entre 2 millones y 3 millones de bolívares.

En 2016, el precio de la pantaleta popular y la de marca oscilaba entre 6.000 y 9.800, y 24.000 y 30.000 bolívares, respectivamente, lo cual evidencia aumentos de 1.672% y 6.196%.

 

Fuente: el-nacional.com