Estados Unidos: Estados Unidos registró 15 catástrofes ambientales de más de mil millones de dólares solo hasta octubre

En el año en que el presidente Donald Trump se retiró del acuerdo de París y restó importancia al calentamiento global como amenaza a la seguridad, los Estados Unidos recibieron un duro recordatorio sobre el peligro del aumento de la temperatura del planeta: una destructiva oleada de huracanes, incendios e inundaciones. El país registró hasta principios de octubre 15 catástrofes medioambientales que costaron 1,000 millones o más cada uno, uno menos que el récord de 16 de 2011, según el Centro Nacional de Información Ambiental situado en Asheville, Carolina del Norte. El récord seguramente se bata cuando se sumen los recientes incendios forestales en el sur de California.

En muchos casos, las temperaturas superaron todos los registros. En otros, el clima fue francamente extraño, como la ola de calor de febrero, en pleno invierno, que hizo subir la temperatura a un récord de 22 grados centígrados en la norteña Vermont y generó un tornado en Massachusetts. «Este va a ser uno de los peores años en cuanto al registro de daños en Estados Unidos», dijo Antonio Busalacchi, presidente de la Corporación Universitaria para la Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado.

Entre los eventos más devastadores se contaron los huracanes Harvey, Irma y María, así como los incendios forestales en el norte de California. Las tormentas causaron pérdidas económicas de más de 210,000 millones en Estados Unidos y en todo el Caribe, y alrededor de 100,000 millones en costes a las aseguradoras, según Mark Bove, investigador principal de Munich Reinsurance America en Princeton, Nueva Jersey. La lista continúa: un granizo devastador en Colorado y Minnesota, brotes de tornados en el medio oeste y el sur e inundaciones que dañaron una enorme represa en California y provocaron evacuaciones río abajo.

Año de huracanes

Muchos de esos eventos pueden explicarse por patrones climáticos históricos. Los más desastrosos, sin embargo, mostraron signos de calentamiento climático, como el huracán Harvey, que desató una catarata de metro y medio de lluvia mientras serpenteaba por la costa de Texas después de haber tocado tierra como la primera de tres tormentas de categoría 4 que azotaron Estados Unidos este año.

El calentamiento agravó el impacto de Harvey al aumentar la humedad en la atmósfera y debilitar los vientos de gran altitud que normalmente empujarían fuera ese sistema, según Kerry Emanuel, profesor de Ciencia Atmosférica del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge. El huracán Harvey marcó el tercer año consecutivo de grandes inundaciones en Houston.

En Texas y otros lugares, «sin duda hay indicios de que estos eventos extremos de lluvia están ocurriendo con mayor frecuencia», dijo Greg Carbin, jefe de sede del Centro de Predicción del Tiempo de Estados Unidos en College Park, Maryland.

Los negacionistas que rechazan que el cambio climático sea un fenómeno o que la actividad humana sea la responsable, sostienen que el clima extremo de este año fue una casualidad o parte de oscilaciones meteorológicas mayores y habituales. Trump, que en el pasado ha descalificado y tildado de engaño el concepto de cambio climático provocado por el hombre, anunció en junio que Estados Unidos abandonaría el acuerdo climático de París, diciendo que favorece a otros países a expensas de los trabajadores estadounidenses.

El consenso abrumador entre los científicos es que el clima de la Tierra se está calentando y que los gases de invernadero son la razón principal. La Sociedad Meteorológica Estadounidense relacionó este mes el cambio climático y el clima extremo en un informe que comprendió aportes de investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

 

Fuente: eleconomistaamerica.com