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Estos son los anuncios que faltan para estabilizar la economía

A pesar de haberse producido los esperados anuncios sobre el esquema cambiario, que ahora pasa a funcionar como mecanismo dual de tasas, existen una serie de ajustes pendientes que son necesarios para alcanzar una mayor estabilidad económica en el país.

El nuevo esquema cambiario anunciado por las autoridades equivale en cierto modo a una sinceración parcial de la situación económica: Se traslada la mayor parte de los bienes que Venezuela importa actualmente –dadas las limitaciones del aparato productivo- a una tasa que flotará a partir de los 206,92 bolívares por dólar en que terminó Simadi.

En este ámbito se registra el impacto quizás percibido como más fuerte por la población en lo relativo a los cupos de viajeros e Internet, en cuyo caso se registra una devaluación superior a 1.500% al pasar de 13,5 Bs/$ directamente a la nueva tasa flotante de DICOM o tipo de cambio complementario (nombre con el que se ha bautizado a este mecanismo cuyo funcionamiento específico debe circular en Gaceta Oficial bajo el nuevo convenio cambiario 35) de más de 200 Bs/$.

Mientras tanto, la paridad  de 10 Bs/$ se conserva principalmente para alimentos, medicinas y materia prima para su producción bajo el sistema de tipo de cambio protegido o DIPRO.

Pero observamos que, al no haberse oficializado a través de los anuncios una legalización del tipo de cambio correspondiente al mercado paralelo, persistirá una tercera referencia que seguirá incidiendo sobre la formación de precios, sobre todo si tomamos en consideración que la disponibilidad de divisas para satisfacer la demanda de estos dos tipos de cambio es mucho menor que la acostumbrada en los últimos años.

El nuevo tipo de cambio DICOM arranca con un valor que todavía resulta muy conveniente para los importadores. Lo ideal, sin embargo, sería darle acceso a los actores del mercado a un mecanismo de compra-venta de divisas con mayor libertad, similar al mercado permuta, para el cual, por cierto, ya están dadas las condiciones legales tras la reciente reforma a la Ley de Mercado de Valores ejecutada a finales del año pasado en el marco de la Ley Habilitante.

Solo un sistema libre de adquisición de divisas, con intervención de las autoridades monetarias cuando fuese necesario, puede prevenir una serie de continuas devaluaciones. Tal como se presentan los actuales planteamientos, la flotación ofrecida para el nuevo DICOM tendería a registrar una continua devaluación en el tiempo.

Desde otro punto de vista, al haber movido los cupos para viajeros a una tasa de cambio muy superior a la que se venía aplicando, se está presionando a la banca estatal – que aprueba las tarjetas de créditos empleadas para viajes y compras por Internet- a aumentar los límites de los plásticos, con el consiguiente riesgo para la morosidad. Si se aplica el concepto de riesgo crediticio de manera adecuada, muchos tarjetahabientes no tendrán capacidad de pago para soportar un aumento tan significativo en sus cupos.

Pero volviendo al esquema cambiario desde el punto de vista macroeconómico, cabe destacar que por el momento solamente Pdvsa, pese a la persistente situación adversa del mercado petrolero, continuará como el principal oferente de divisas, ya que los exportadores no tradicionales y las industrias básicas no tendrán el músculo para atender la mayor parte de la demanda.

Y es que los anuncios de este miércoles no pretenden generar ningún efecto por el lado de la oferta de divisas, un aspecto difícil de manejar de buenas a primeras, ya que los ingresos en moneda extranjera siguen siendo muy bajos en comparación con años anteriores.

En el fondo, solamente la liberación progresiva de los controles de cambio y de precios junto a la creación de incentivos para incrementar la producción de las industrias locales podría servir como inicio de la implementación de políticas económicas para atender las actuales dificultades. Esperemos que este sea el inicio de este proceso.

Esta liberación paulatina podría ir combinada con el mecanismo legal de intercambio de divisas arriba mencionado, en que los exportadores interesados en vender los excedentes de sus transacciones puedan acceder a un mercado viable.

De esta manera se reduciría la necesidad de que el Estado destine una cantidad de entre 30 y 40 millardos de dólares anuales para cubrir las necesidades de toda la economía a partir de la renta petrolera. El objetivo central debe ser solucionar la escasez de divisas e incentivar la producción.

Queda la decisión sobre las políticas de controles de precios. En este apartado vale la pena considerar que alimentos y medicinas ya están entre los rubros con mayor alza inflacionaria y afectados más gravemente por la escasez, lo que los hace proclives a una sinceración que a su vez ayudaría a estabilizar los precios y disponibilidad. No deben perpetuarse controles que no han logrado cumplir con sus objetivos ni benefician a la población a la cual están destinados.

La tasa actual de 10 bolívares puede ajustarse, en el futuro inmediato, a un nivel de entre 100 y 150 bolívares, dejando fluctuar libremente la segunda tasa, en previsión de llevar a cabo una indispensable unificación cambiaria más temprano que tarde.

Como beneficios asociados, se eliminarían de este modo los cuellos de botella administrativos del control cambiario, se facilitaría mantener los niveles de las reservas internacionales que resguarda el Banco Central  y que el ente emisor ayude a mantener el precio del dólar libre en niveles adecuados a través de su intervención cuando la situación lo amerite.

La solución cada día más pasa por asumir un modelo que asuma la economía de mercado y se aparte definitivamente de las políticas basadas en controles, cuyos resultados a la fecha no han sido positivos.

Fuente: Bancaynegocios.com

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