Los criterios para ser gestor de una aseguradora crecen
Deberán acreditar experiencia en seguros y análisis financiero
Ser gestor y consejero de una entidad aseguradora es más difícil. La Orden Ministerial del 27 de abril exige acreditar que los miembros del órgano de administración, en su conjunto, poseen conocimientos, cualificación y experiencia en mercados de seguros y financieros, en estrategia empresarial y modelo de empresa, sistema de gobierno, análisis financiero y actuarial y marco regulador.
Un grado de exigencia muy superior al vigente hasta ahora y que permitía, por ejemplo, consejos integrados por familiares a los que pertenece una compañía. O, en el caso de las mutuas, el acceso a ese órgano de decisión de asegurados en el ramo de autos durante un plazo de tiempo determinado.
El requisito está en línea con las nuevas imposiciones en materia de buen gobierno del marco de capital Solvencia II, pero fuentes del sector apuntan que extraordinariamente exigente. Los consejeros, al igual que los directivos, estarán obligados a acreditar además ante la Dirección General de Seguros su formación académica, titulaciones profesionales, experiencia y trayectoria profesional durante, al menos, los últimos diez años, con todo detalle de la empresa donde se hayan desarrollado las actividades. A efectos de valorar la honorabilidad, exige, como en banca, un expediente impoluto, sin antecedentes penales, sin resoluciones judiciales en materia concursal que declaren su inhabilitación o sanciones graves.
La orden ministerial regula toda la información a suministrar en caso de tomar participaciones desde el 20 por ciento en aseguradoras.
En caso de asumir el control obliga a presentar un plan trianual con estimación de los estados financieros de la entidad objeto de la adquisición. La anterior norma, de 2010, no fijaba plazo específico. En ese informe deben hacer proyecciones de resultados, balances, solvencia, exposición al riesgo, así como detallar las sinergias prevista o si mantendrá o no todos los ramos.
Fuente: eleconomista.es