A pesar de estas cifras, ha atravesado un periodo difícil. La caída de los tipos de interés, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y las dificultades de las familias a causa de la crisis han afectado a su contratación en los últimos años, aunque el volumen de provisiones se haya mantenido en una tendencia creciente de manera ininterrumpida.

También, el cierre de muchas empresas y el ahorro de costes que la mayor parte del resto han tenido que poner en práctica para sobrevivir ha perjudicado a los seguros de vida colectivos, que  son los que han resultado peor parados, con caídas importantes en los últimos diez años, tanto en primas como en provisiones. Así se pone de manifiesto en el último Cuaderno de Inese DATa sobre ‘El seguro de vida en España: 10 años a estudio’que muestra que el resultado técnico del ramo viene siendo negativo desde 2006, aunque estas pérdidas se compensan con el resultado financiero para ofrecer, al final, un saldo positivo.

Por tipologías, tanto los Seguros de Riesgo como los de Ahorro han tenido unos años flojos, aunque en los dos últimos se observa ya una clara recuperación, especialmente en las pólizas individuales de riesgo, que están cosechando crecimientos muy relevantes (16% en 2014 y 27% en 2015), fruto de la mejoría en el mercado inmobiliario, al que están muy ligadas.

Las previsiones son moderadamente optimistas. Aunque persisten varios de los factores negativos que provocaron la mala evolución de los últimos años, hay otros que podrían cambiar a mejor si las perspectivas económicas y el nuevo Gobierno se muestran favorables.