Puede decirse que los 4 Impromptus Opus 90 de Franz Schubert inauguran el período romántico en el repertorio para piano. Aunque existe el antecedente de las Bagatelas para piano de Beethoven los Impromptus de Schubert son quizás el primer ejemplo acabado de la «pieza de carácter», una composición breve generalmente para piano o piano y otro instrumento, que se caracteriza por evocar una sola idea o sentimiento y que cultivada por todos los grandes compositores del Siglo XIX se convirtió en uno de los principales y más característicos aportes del movimiento romántico al arte de la música. Con estas piezas escritas en 1827, Schubert abre las compuertas de la sensibilidad romántica y da inicio a lo que sería el período dorado del piano por una extraordinaria generación de compositores pianistas. Entre todos ellos Chopin ocupa un lugar muy especial, el único de los grandes compositores que dedicó todos sus esfuerzos y toda su inspiración única y exclusivamente al piano y así marcó un antes y después en el desarrollo de ese instrumento. Sus cuatro baladas, escritas en momentos muy diversos en su vida son consideradas por muchos como sus obras mas complejas y acabadas, síntesis de todo su lenguaje musical y cumbre del repertorio pianístico.
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