La membrana amniótica es la capa que se encuentra en la parte interna de la placenta que permite el desarrollo fetal dentro del medio líquido del útero materno. Esta Membrana puede ser utilizada como un tejido biológico que estimula la regeneración de otros tejidos.
Su preparación para usos médicos requiere de una metodología y un almacenamiento especializado para garantizar su calidad y seguridad.
En la actualidad esta membrana sirve para regenerar tejidos en la reconstrucción de la conjuntiva por patologías como tumores, quemaduras; la adhesión del párpado al globo ocular (simblefaron), formación de pliegues en el párpado inferior (conjuntivochalasis), entre otras. Además, se puede emplear en la superficie corneal por úlceras, perforaciones, descompensación de la córnea (queratopía bullosa), en síndromes como el de Sjögren donde se destruyen las glándulas que producen las lágrimas y salivas y el de Stevens Johnson donde existe hipersensibilización que afecta la piel y membranas mucosas, así como otros padecimientos.
De igual forma, se utiliza en otros procedimientos del cuerpo como heridas cutáneas por quemaduras de piel y úlceras de miembros inferiores; o en el oído para cerrar agujeros en el tímpano. En la parte de ginecología es usado para reconstrucciones vaginales y tratamientos oncológicos; en cirugías maxilofaciales para reformar cavidades y cerrar fístulas y en cirugía general para la reconstrucción de la pared abdominal sobre todo en casos donde los órganos del bebé se encuentran fuera del cuerpo (onfalocele).
Por su parte, la zona más valiosa de la membrana es la que se encuentra alrededor del cordón umbilical y se guarda para casos especiales y que necesiten mayor regeneración celular.
“Las placentas normalmente se desechan. Sin embargo, pueden tener múltiples usos a nivel médico. Para nosotros, es fundamental dar a conocer al gremio y al público en general las virtudes de la implementación de la membrana amniótica y de esta manera ayudar a quienes lo necesiten”, declara la Dra. Ana Gutiérrez, oftalmólogo en la Clínica Sanitas Santa Paula y una de las pioneras en la preparación de la membrana amniótica en Venezuela.
Las madres pueden autorizar la donación de este tejido mediante la realización de un Consentimiento informado y así poder ayudar a un promedio de 30 pacientes por cada placenta donada. Para ello, es importante cumplir con una serie de requisitos, los cuales son alcanzables con un control adecuado del embarazo.
Una vez cumplidos, en el momento del parto se extrae la placenta, y un equipo especializado la transporta al centro en donde se realizará su procesamiento y almacenamiento para su uso médico. Para utilizarla, se debe realizar una solicitud previa a la intervención quirúrgica al centro de almacenamiento.
Para saber que una membrana es segura y libre de cualquier patología y/o cuerpos extraños se debe esperar tres meses, pero este lapso disminuye a sólo 10 días si se usa la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
“Con la utilización de la membrana amniótica, los cirujanos pueden mejorar su terapéutica, disminuir el tiempo quirúrgico a la mitad y brindarle al paciente un proceso de curación bastante rápido.”, concluye la Dra. Ana Gutiérrez.
La membrana amniótica es un tejido Biológico que en la actualidad es importado para su uso médico, siendo muy costoso y en ocasiones impagable. Por esta razón, el Departamento de Docencia e Investigación de la Clínica Sanitas Santa Paula continúa su proceso de investigación y desarrollo sobre la preparación y almacenamiento de la membrana en el país, junto con universidades y empresas emprendedoras, para ayudar a los usuarios y al público en general a acceder a este tejido con mayor facilidad y así brindarle una mejor calidad de vida con salud y bienestar.
Fuente: Prensa Sanitas Venezuela