Aunque el sector bancario se conserva saludable, y tradicionalmente se ha mantenido como uno de los que genera un mayor aporte a la economía en términos del porcentaje aportado al Producto Interno Bruto, no está exento de los problemas que genera la situación económica del país.
“La salud bancaria en términos generales está bien, el sector ha sido uno de los de mayor aporte al PIB pero sufre los efectos de la situación económica del país”, explicó Aristimuño en sus declaraciones, en las cuales precisó también que “la inflación es uno de los daños más fuertes de cualquier sistema financiero porque el principal activo de la banca está representado en términos nominales: Es su cartera de crédito”.
“Sabemos que la inflación en el tiempo es un destructor de la moneda porque le quita poder adquisitivo, cuando das un crédito a cinco años a 29% manteniendo una tasa fija, recaudas una cuota fija y todos los meses ese dinero cada vez vale menos en términos de rentabilidad por lo que la banca va a terminar afectada”, detalló.
Consultado sobre el valor de los activos del sistema financiero en dólares admite que hoy en día la capacidad del sector en moneda extranjera representa “una cifra muy baja”, sin embargo, aseguró que aún así la banca se encuentra muy bien posicionada y protegida, con uno de los índices de morosidad más bajos en Latinoamérica, correspondiente a 0,3% y con amplios niveles de cobertura bajo una excelente gestión de riesgo.
“Es importante precisar que la gestión económica del país afecta a la banca y que en cuanto el país empiece a mostrar signos de mejora y recuperación se va a reactivar el crédito y en cuanto la inflación tienda a bajar los indicadores serán mucho más saludables”, enfatizó finalmente, destacando que la reactivación del crédito para viviendas es uno de los pasos más importantes en este sentido.
Fuente: bancaynegocios.com